Y vendrá
tu cuerpo frágil como de breve ninfa transparente, con tu calor maduro como un
aura que llena los sentidos del aroma acaramelado de las perdidas vendimias
otoñales. Vendrá la cercana primavera o el lejano verano con sus soles
instaurados. Vendrá tu boca otra vez a besarme en otro antes. Vendrán tus manos
a hacer brotar las semillas escondidas de mis deseos, a rasgar los sellos y a
derrumbar los muros que cercan mis breves lujurias, a recorrer la piel viva de
este fingido ermitaño. Habitarás secreta un tiempo suspendido.
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