Golpea dura y distante la noche,
luna grande que golpea mis cicatrices en mi faz dormida, pieles difusas se
sienten en el dialogo interno del quehacer del tiempo, amanecer en desvelo de
preguntas sin respuestas buscando el lucero esquivo que se quedó tras la
montaña distante de los silencios ocultos de pasos ausentes en un paraje
desconocido de preguntas sin respuestas, un reflejo ausente de un extraño
querer sin caricias. Rauda la ilusión se mete por las rendijas latentes
abiertas aun sin querer que existan en mis amaneceres sonámbulos… aun espero.
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