lunes, 17 de octubre de 2016

La maga furtiva


Ejerce un hechizo incomprensible siempre en los extramuros del tiempo, en ayer al atardecer o mañana de madrugada, nunca en el ahora de aquí donde la nombro sin esperanza. Se despliega a veces en las tardes de pájaros y de flores. Cuando atardecida, se dibuja a sí misma sonriendo en lontananza. Nocturna no aparece, como si esas horas le cerraran los ojos y fuera sombra en las sombras, una ilusoria silueta por las esquinas de los faroles apagados, amanecida posee la misma tonalidad anaranjada del ocaso. En las mañanas simplemente desaparece.

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