miércoles, 19 de octubre de 2016

La rosa debida


Creeré, porque no tengo más opción en este aquí de este ahora, porque no tengo la certeza de la reencarnación que soñamos, porque  habito por ti en esa incertidumbre. Llueve sobre las rosas innumerables que te nombran sin decir tu nombre. Aunque otras te abunden, no poseerán nunca tu debido perfume. Sobre tus arcillas mis raíces esperan tu deuda impaga, la convergencia del pétalo y tu piel, de la flor impura derramada, del cántaro que se vierte en las arenas donde eres rosa sola persistiendo enmudecida. Ardes en un color imposible.


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