viernes, 7 de octubre de 2016

La visión autorizada


Por vos consentido me voy contorneando el pálido fulgor carnal de tu cuerpo, de los claros fragmentos de tu piel habituada a la luz virginal del plenilunio, de los instantes de un sueño que va desde de tus manos con sus metales circulares y sus rojas uñas que rasgan la superficie fluctuante de mis deseos, hasta la provocativa osatura tus pies. Pero siempre vuelvo al intenso rosado de tus labios y al perfume escondido en tu pelo para seguir soñándote por mi solitaria noche, donde sé que ya no te veré.


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